Evaluar implica siempre un proceso de razonamiento basado en las evidencias recogidas. Ya sea masiva o de aula, por su propia naturaleza, la evaluación es imprecisa: los resultados siempre son estimaciones acerca de lo que una persona sabe y puede hacer. Por esta razón, es muy importante definir claramente cuáles son las bases en las que están sustentadas estas evidencias: qué se ha elegido evaluar y cómo será recogida la información.
La realidad que será evaluada “no es algo de lo que podamos tener conocimiento directo. Es construida por los seres humanos y puede ser percibida y conceptualizada de diversas maneras” (Ravela, 2006: 32).
Esta Construcción conceptual –o “referente”– tiene siempre una connotación valorativa, ya que describe “lo deseable” o “lo que se pretende alcanzar”.
Esta Construcción conceptual –o “referente”– tiene siempre una connotación valorativa, ya que describe “lo deseable” o “lo que se pretende alcanzar”.
Es ineludible tomar en cuenta este aspecto a la hora de interpretar y analizar los resultados de la evaluación.
El referente incluye considerar dos aspectos fundamentales: el modelo de cómo el estudiante representa su saber y desarrolla sus competencias en el área a evaluar, y las tarea o actividades por medio de las cuales es observado el desempeño de los estudiantes.
Los capítulos 2 y 3 de esta publicación están dedicados a la presentación de las características referencia les de la prueba de Ciencias, cuyo objetivo ha sido evaluar los aprendizajes de los estudiantes de sexto grado de Primaria, de diversos países latinoamericanos, en el área de las Ciencias Naturales.
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